Por: Leticia Montagner
De acuerdo a un estudio del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), dependiente de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno Federal, algunas hormigas contribuyen en la aeración, es decir la acción de las condiciones físicas y químicas del aire atmosférico en el tratamiento de las enfermedades, del suelo e incorporación de nutrientes, dispersión de semillas, descomposición de la materia orgánica y en la polinización de plantas.
No obstante, ciertas especies pueden ser perjudiciales, y considerarse plagas, pues ocasionan daños a los cultivos.
Una de las funciones benéficas de las hormigas es actuar como enemigos naturales, mediante el control de insectos plaga, por ejemplo, Wasmannia auropuntata es una especie depredadora de chinches de la familia Miridae en cultivos de cacao.
Otros ejemplos incluyen especies de los géneros Pseudomyrmex, Paratrechina, Pheidole, Crematogaster y Ectatomma, las cuales se alimentan de pequeñas moscas de los cítricos (Phyllocnistis citrella), una plaga en naranjas y limones, que afecta las hojas tiernas de los brotes nuevos.
La complejidad de las relaciones entre las comunidades de insectos es para considerarse, pues en ciertos casos, aunque sean reconocidos como insectos dañinos, su papel en el ecosistema es determinante para mantener un equilibrio.
El estudio señaló que hay un grupo de hormigas consideradas plagas directas de mayor interés en los cultivos como son las cortadoras o arrieras que pertenecen a los géneros Atta y Acromyrmex, y se alimentan de los hongos Leucoagaricus y Leucocoprinus.
Tales hongos solo prosperan al ser cultivados y propagados por las hormigas, quienes cortan hojas de una amplia variedad de plantas, para usarlas como alimento para el hongo.
Dicha relación les permite a las hormigas cultivadoras obtener los nutrientes para el desarrollo de sus crías; estos insectos pueden destruir plantas en pocos días, lo que afecta el rendimiento y producción de los cultivos. Sin embargo, es necesario recalcar que como sus nidos son subterráneos, las hormigas fertilizan los suelos y liberan nutrientes que las plantas pueden aprovechar.
Existe otro grupo de hormigas que afectan indirectamente a los cultivos; se caracterizan por ordeñar insectos, como escamas, áfidos y moscas blancas, con el propósito de obtener sustancias azucaradas como fuente de energía para sus colonias. A cambio, las hormigas les brindan protección de sus depredadores y parasitoides.
Los homópteros o pulgones, además de dañar los tejidos de las plantas para obtener su alimento, introducen toxinas y virus, por lo que provocan enfermedades y el deterioro de las plantas.
De acuerdo al INIFAP, las hormigas se desarrollan en numerosos hábitats y tienen diversidad de hábitos alimenticios. Hasta ahora se han descrito cerca de 14 mil especies en el mundo, pero se estima que puede haber hasta 30 mil; en México se conocen alrededor de mil.
Como las abejas y avispas, hay hormigas que se pueden convertir en aliados para los campos agrícolas.
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