Mientras en el centro del municipio de Chalco, devotos con banderas blancas, rosarios y cohetones al aire recibían las reliquias de San Judas Tadeo para venerarlas en la Parroquia de Santiago Apóstol, a poco más de un kilómetro, se viviía un contraste: decenas de familias seguían lidiando con una inundación que desde la noche del 3 de agosto ha dejado anegadas más de 600 viviendas.
Obras inconclusas
Chalco es un municipio con una población de 400,057 habitantes (193,129 hombres y 206,928 mujeres), según el censo de 2020 del INEGI. Se encuentra ubicado en el oriente del Estado de México, entre la Ciudad de México y el estado de Puebla, y forma parte del Valle de México.
El territorio municipal de Chalco está asentado en el lugar donde se encontraba el antiguo Lago de Chalco, un vaso que fue desecado en un proceso que inició en la época de la Colonia y que concluyó a inicios del siglo XX. Este proceso se llevó a cabo para abordar un grave problema de inundaciones y facilitar la repartición de tierras, según el texto “La desecación del lago (ciénega) de Chalco” de Trinidad Beltrán Bernal.
Algunos vecinos consultados, especialmente los adultos mayores originarios de la entidad, comentan que el agua “está reclamando su paso”. Además, expresan su descontento por los proyectos inconclusos que han dejado las autoridades en materia de infraestructura hídrica y drenaje.
Don Antonio Noriega de 75 años vive en la calle Mixtecas, muy cerca de la carretera a Tláhuac. Con paso lento, se acercó a la calle Xochiquetzal y se detuvo a observar cómo de una coladera salían aguas negras. En esa misma vía, a pocos metros, se puede ver las aguas estancadas que desde inicios de agosto han mantenido inundadas las colonias Culturas de México y Jacalones.
“'No se va el agua", dice y comienza a hablar de que las inundaciones siempre han sido una constante, pero "no así", como ahora, que llevan semanas sin que el agua baje. Recuerda cómo han pasado diferentes gobiernos del PRI, PRD y ahora Morena sin resolver el problema. Menciona la promesa que hicieron hace unos años el exgobernador Alfredo del Mazo y el alcalde actual de Chalco, Miguel Gutiérrez, de construir un nuevo colector, una obra que quedó inconclusa y que "ahora eso nos tiene amolados en medio de aguas puercas'”.
El pendiente Colector Solidaridad
En la década de los ochenta, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari impulsó la construcción de un sistema de drenaje de 3 kilómetros de largo, nombrado como su programa social estrella “Solidaridad”. Este sistema ha recibido desde entonces aguas combinadas de los municipios de Chalco y Valle de Chalco.
Sin embargo, con el paso del tiempo y los asentamientos diferenciales del terreno, el sistema de drenaje ya presenta pendientes invertidas de hasta 2.2 metros y tres dislocamientos. Además, hace 27 años se asentaron viviendas de manera irregular sobre el mismo, lo que desde entonces ha complicado las labores de reparación y mantenimiento, según informó recientemente el municipio de Chalco.
En 2022, el exgobernador Del Mazo y la administración de Chalco dieron el banderazo para la construcción de la primera etapa del Colector Solidaridad, diseñado para desalojar 7,000 litros de aguas combinadas por segundo. Se suponía que esta obra estaría terminada en el año 2023, pero se encuentra detenida desde noviembre del año pasado.
“'Las características actuales de esta infraestructura no permiten el desalojo efectivo de las aguas, lo que ha provocado inundaciones desde hace aproximadamente 14 años, así como inundaciones en viviendas y calles, situación que ha puesto en riesgo la salud pública', reconoció en un comunicado la administración municipal de Chalco.”
¿Qué provocó las inundaciones en Chalco?
Esta situación, sumada a las lluvias calificadas como “atípicas” en la zona y a un tapón de desazolve y basura de 50 metros por 2.4 metros, no permite drenar la zona con rapidez. Por ello, desde que comenzó la contingencia el 3 de agosto, trabajan 10 equipos hidroneumáticos en la succión de agua.
Según un informe del viernes 23 de agosto, se desplegaron 5,624 elementos de seguridad y personal de protección civil, médicos, enfermeras y brigadistas. Han realizado labores de desazolve apoyados por 48 máquinas especializadas, han limpiado 229 viviendas y 175 alcantarillas, extrayendo más de 500 toneladas de basura, equivalentes a 11 campos de fútbol que obstruían el flujo del agua.
La gobernadora de Edomex, Delfina Gómez Álvarez, prometió el pasado viernes que, tras una vida útil de 31 años, se “rescatará el sistema de drenaje en el municipio de Chalco, con obras hidráulicas para el mantenimiento y recuperación del Colector Solidaridad original y la construcción de un nuevo colector”.
“Gracias a la colaboración de todos los medios humanos y materiales, estamos avanzando en la limpieza de las 32 calles de Chalco. Actualmente, 9 de ellas continúan con un proceso de desazolve”, señaló la gobernadora.
Hartazgo entre vecinos por inundaciones
Edgar Abraham López vive en una de las calles más afectadas por las inundaciones. Apenas el pasado miércoles 21 de agosto, su casa quedó libre del agua, pero a solo dos casas de distancia, las aguas negras seguían estancadas.
“'Fue en la noche, el drenaje estaba respondiendo bien, pero en la madrugada la lluvia se puso más intensa y al otro día que bajamos nos dimos cuenta de que el agua se había metido y que cubría al menos un metro de alto. Perdimos todos los muebles y electrodomésticos que estaban en la parte baja: estufa, refrigerador, sala. Lo que más preocupaba era que tenemos a personas de la tercera edad que necesitaban atención", relató a El Economista.
Su familia decidió no evacuar y se ha adaptado durante casi tres semanas para tratar de sacar el lodo, limpiar y atender a sus abuelos. Dice que nunca pasaron las autoridades a censarlos y no cree en acercarse para pedir apoyo, ya que considera que son muchos trámites y, a la larga, es “pérdida de tiempo”.
“'Ya lo intentamos una vez en otra inundación, pero es tedioso, no facilitan mucho las autoridades'”, agregó.
A unas calles de distancia se encuentra un mercado en la colonia Culturas de México, zona que se convirtió en uno de los centros de operaciones donde se instalaron brigadas médicas y una planta potabilizadora de agua de la Secretaría de la Defensa Nacional, como parte del Plan DNII para la atención de desastres.
El mercado también se ha convertido en un embarcadero donde personal de la Cruz Roja y de protección civil municipal brindan apoyo con lanchas para el traslado de vecinos afectados que necesitan salir de sus casas para conseguir comida, ropa, trastes y otros artículos indispensables para vivir un tiempo con familiares en otras colonias de la zona.
Guadalupe Reyes, de 40 años, su hija y su nieto de año y medio, llegaron en una de esas lanchas desde la calle 16 de Septiembre para encontrarse con una persona que les iba a donar unas botas para poder caminar en las aguas negras que cubren la planta baja de su casa.
Para ella y su familia, conformada por ocho personas más, ha sido complicado subsistir en esas condiciones. El baño está inservible, no hay agua para lavar trastes ni ropa, y no tienen más familia que les brinde apoyo, por lo que no pudieron evacuar.
Lo mismo ocurre con Miriam, quien vive en la calle Cempoaltecas. Ella y su familia dicen que “aguantaron” lo más que pudieron y hace una semana dejaron su vivienda, pero regresan diariamente para sacar ropa y otros enseres.
Miriam comparte que su vivienda y otras de la zona no solo presentan daños estructurales por las recientes inundaciones, sino que se suman los provocados por el sismo de 2017.
A pesar de las dificultades, Miriam destacó la importancia de la solidaridad comunitaria y el apoyo mutuo entre los vecinos.
Solidaridad
Durante el recorrido realizado por El Economista, se pudo observar que elementos del Ejército recorren las calles en sus unidades, repartiendo garrafones de agua y brindando traslados a los damnificados. También, brigadas de Cruz Roja y del municipio de Chalco recorren en lanchas distribuyendo bolsas con comida, fruta y medicinas.
Asimismo, vecinos de calles que no están afectadas se organizan para ayudar. Tal como cuenta Juliana Pacheco de la calle 16 de Septiembre, donde varios cooperaron para preparar comida: una cazuela grande de arroz blanco, otra con pollo en chile verde con nopales y calabazas, refrescos y tortillas.
Pusieron una mesa de madera con un mantel blanco en la esquina de la calle 10 de Mayo, donde está la capilla de San Judas Tadeo, y allí repartieron la comida a los vecinos que se acercaban, incluyendo brigadistas y elementos del Ejército.
Juliana comentó que es necesario que las autoridades realicen un censo casa por casa para identificar a todas las personas afectadas y brindarles ayuda directa, especialmente a quienes no pueden salir de sus hogares, como los adultos mayores. “Hay ayuda, pero no está llegando a todos de manera equitativa”.
Hacer lo cotidiano en medio de la crisis
El día de nuestro recorrido, el 21 de agosto, el clima estaba nublado y llovió por unos minutos, lo que provocó que varios vecinos se asomaran a sus ventanas desde las partes altas de sus casas para observar, pues temían que, lo poco que había cedido el agua, volviera a subir.
En ese momento llegó al embarcadero Citlalli, una joven de 15 años que pidió ayuda a los brigadistas para que la trasladaran en lancha a su casa, donde su mamá tiene una veterinaria. Ella estudia en una escuela de la unidad Los Héroes Chalco y ese día regresaba justo de sus clases. Cuenta que no pudieron evacuar porque tienen animales bajo su cuidado. Para ella, ha sido complicado seguir con sus actividades normales porque tiene que esperar a que pase alguna lancha para que la acerque a otro punto o tener que rodear y caminar por varias calles para llegar al centro de Chalco donde toma otro transporte que le lleve a su escuela.
Por otro lado, Axel Chávez, estudiante de derecho, compartió que tiene que salir a las cuatro de la mañana para ir a su escuela en la Ciudad de México. Lleva consigo dos mudas de ropa para cambiarse, ya que no es fácil estar esperando una lancha o los anfibios, por lo que tiene "sí o sí" que caminar por las aguas negras, llegar a una gasolinera donde pide permiso para cambiarse y luego viajar por dos horas en el transporte, cargando su bolsa con la ropa mojada. "Es denigrante estar pasando por esto", afirmó.
La mamá de Axel, Guadalupe Reyes, es enfermera y ese miércoles era su día de descanso. Luce un semblante cansado por el estrés de tener que dejar su casa, la cual habían remodelado hace un año, y lidiar con que en el trabajo ya no le permitirán quedarse a dormir como lo hizo en las últimas dos semanas. Por ello, junto a su hijo, fueron a sacar su refrigerador, una estufa y una lavadora para vivir temporalmente en un cuarto con otros familiares.
Soluciones temporales
Algunas familias que pueden costear una bomba de agua se acercan a ferreterías locales, como la de Édgar en la calle 16 de Septiembre, para adquirir una y así bombear el agua de sus casas hacia la calle.
Según Édgar, una bomba para sacar agua residual cuesta alrededor de 2,300 pesos, ya con los aditamentos necesarios para operar. Sin embargo, no todos tienen esa posibilidad y algunos tienen que hacerlo de manera manual.
Los afectados hicieron un llamado a las autoridades para que brinden mayor ayuda y tomen medidas para solucionar el problema de raíz. Exigen más agua potable, alimentos y una solución a largo plazo para evitar futuras inundaciones.
Lluvias provocaron daños en 2,000 viviendas de Chalco
De acuerdo con las autoridades de Chalco, las lluvias propias de la temporada y las intensas lluvias registradas los días 27 de junio, 3 y 15 de agosto, provocaron inundaciones que afectaron a más de 2,000 viviendas y un aproximado de 7,600 personas de manera directa y a más de 140,000 personas de manera indirecta, de las comunidades de los Héroes Chalco, Pueblo Nuevo, Villas de San Martín, San Martín Cuautlapan, San Juan y San Pedro Tezompa, San Mateo Tezoquipan Miraflores, Tres Marías, Jardines de Chalco, Emiliano Zapata, Culturas de México y Jacalones 1 y 2; estas cuatro últimas permanecen con niveles altos de aguas combinadas, que van desde los 40 centímetros hasta los 160 centímetros; lo que ha impedido que más de 3,600 personas desarrollen su vida de manera normal.
Justo parte de la colonia Culturas de México (donde ocurre la contingencia actual), está marcada en el atlas de riesgo de inundaciones del Estado de México actualizado hasta 2023.
**Con información de EL ECONOMISTA
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